viernes, 8 de diciembre de 2006

Ceremonia. Ecuador. Mayo 2002

La ceremonia, el yoga, los rezos diarios,
los encuentros que uno va teniendo,
los sueños con el mar y sus encantos,
siempre me acercan a un mismo secreto:
en el amor se resume la vida,
se anulan los miedos,
se superan las tristezas,
se viven mejor las realidades.


Cuando me tocó hablar con el tabaco entre mis manos,
agradecí por lo que nos ha llegado a todos,
pero sobre todo pedí por aquellos que no sienten amor
y no les interesa sentirlo.

En el amor se descifra cualquier misterio;
la paz que siempre buscamos en nosotros o en el resto,
las ansias de sentirnos libres para luego morir por sentirnos acompañados,
las nostalgias de cosas que nunca hemos hecho o nos agotamos de hacer,
las tristezas universales, los cariños, las reflexiones,
el descanso, la sencillez, la humildad, el desapego,
el alma, la inspiración;
lo que sentimos que nos completa
y nos hace capaces de todo y de nada.

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